En Chimbote, Arguedas fue testigo del surgimiento de un "Perú hirviente" que fue gestándose en los años 1960 con el fenómeno de las migraciones provincianas y el crecimiento urbano. Con esa frase, Arguedas trata de graficar los cambios que se iniciaban en el país: la presencia múltiple de peruanos de diversas culturas, procedencias geográficas y étnicas, condiciones sociales y con distintas expectativas e imaginarios. Lo más importante era lo nuevo que se generaba social y culturalmente de ese encuentro, la creación de algo distinto que, de algún modo, traspasaba las fronteras que dividían al Perú, fronteras geográficas, étnicas, culturales y de clase social. Los recelos, desencuentros y conflictos se convertían en prácticas cotidianas en ese aprendizaje de convivir con un otro desconocido. Sin embargo, por primera vez, todas las culturas estaban "hablando" y discutiendo en un mismo espacio físico y social: Chimbote. Esta ciudad, en palabras de Arguedas, guardaba cierta similitud con Lima, excepto porque carecía de una aristocracia criolla como la limeña, y los caminos de acercamiento entre lo andino y lo costeño eran "menos dolorosos". Hoy en día, cinco décadas después, Lima es distinta, la irrupción de lo popular andino ha marcado la pauta en la ciudad. En la actualidad no solo se la denomina Lima andina o serrana sino también Lima "chichera", a partir de una de las expresiones estéticas masivas creadas por los migrantes: la música chicha.
En esta ponencia me propongo explorar lo que hay detrás de aquella imagen del "Perú hirviente" y su pertinencia para entender la ahora denominada "cultura chicha", como fenómeno gestado por los migrantes en la ciudad producto de encuentros y conflictos sociales y culturales. Así mismo, a la luz de este fenómeno, buscaré revisar críticamente la noción de transculturación y la tensión entre las mutuas influencias de culturas diversas y las relaciones conflictivas entre ellas, proceso que ha dinamizado las creaciones y producciones culturales populares en el medio urbano limeño.