Equipo: Alfonso Vieland Y., Mauricio Calderón Carranza, et al.
Lima, Paz y Esperanza, 2014
Hay mucho silencio, mucha vergüenza, mucho estigma alrededor del tema de la violencia doméstica. Debemos estar preparadas y preparados para levantar nuestra voz y romper ese silencio que oprime. La clásica respuesta "en nuestra iglesia no" o "eso no ocurre aquí" crea una barrera para las víctimas y sobrevivientes de la violencia que buscan ayuda, aliento, sustento y apoyo en las comunidades de fe que tan fácilmente pudieran proveerlo. Hacer de nuestras iglesias un espacio seguro en donde las sobrevivientes puedan compartir sus historias, buscar ayuda y recibir apoyo son pasos en la dirección correcta. Es importante que primero escuchemos y le creamos a las sobrevivientes antes de ofrecer alternativas a seguir. Nosotros queremos que esta investigación traiga a la luz el problema de la violencia doméstica y ayude a las iglesias a responder apropiada y efectivamente a sus causas y efectos.